Estudiar en el extranjero: Cómo traducir documentos académicos
En un mundo cada vez más conectado, la movilidad académica y profesional es muy frecuente. Ya sea para continuar estudios superiores en el extranjero, aprender o consolidar idiomas, o buscar la primera oportunidad laboral en otro país, la traducción de documentos académicos es uno de los servicios más demandados por nuestros clientes. En este artículo queremos explicarte las características y requisitos de este tipo de traducción.
Desafíos en la traducción de expedientes académicos
La traducción de documentos académicos no es una tarea sencilla. Es un proceso que va más allá de la simple conversión de palabras de un idioma a otro. Además de garantizar una traducción fiel y precisa del contenido, es fundamental preservar la terminología específica y el formato, y garantizar la confidencialidad de la información contenida en los documentos.
Otro de los mayores desafíos en la traducción de expedientes académicos radica en la diversidad de los sistemas educativos y las particularidades lingüísticas de los diferentes países. Por ejemplo, los nombres de los cursos, las calificaciones y los títulos pueden variar significativamente y no siempre existe una traducción directa, por lo que se requiere un conocimiento profundo de los sistemas educativos y lingüísticos implicados.
Pero quizás la mayor complejidad sea cumplir con todos los requisitos legales previos a la traducción. Los expedientes y títulos académicos son documentos esenciales para evaluar el nivel educativo, experiencia y habilidades de una persona en un contexto académico o profesional. Y este tipo de documentos normalmente son “oficiales”. Para presentarlos en otro país es necesaria su legalización, es decir, la certificación de su autenticidad. Veamos cómo.
Requisitos legales para la traducción de títulos académicos
En primer lugar, es muy importante asegurarse de qué documentación hay que presentar ya que puede variar en función del país o entidad en la que se va a estudiar. En la mayoría de los casos, las universidades de destino disponen de oficinas de asesoramiento para estudiantes internacionales.
Una vez que tenemos clara la documentación necesaria, hay que legalizarla. Normalmente la legalización requiere el reconocimiento de firmas de las autoridades académicas que han expedido los documentos. Este trámite se puede realizar en el Ministerio de Universidades o en la Delegación del Gobierno de tu comunidad (si el documento no tiene carácter oficial -por ejemplo, un diploma propio de una universidad-, se legalizará mediante vía notarial).
Tras el reconocimiento de firmas, se pasaría a la propia legalización:
- Para los títulos de países que han suscrito el Convenio de la Haya, hay un procedimiento simplificado conocido como "apostilla”, que se puede tramitar en las Gerencias Territoriales de Justicia. En este enlace puedes consultar el listado de países que han suscrito el convenio.
- Para documentos expedidos en el resto de los países, el proceso es más complejo, ya que se requiere su legalización por vía diplomática. Si necesitas más información sobre el proceso de legalización en Interglossa podemos asesorarte.
Traducción jurada: no vale cualquier traducción
Ahora sí, una vez legalizada la documentación, hay que traducirla. Normalmente no vale cualquier traducción, sino que es necesaria una traducción jurada, es decir, una traducción realizada por un “traductor oficial” reconocido por el Ministerio de Asuntos Exteriores. Esta especie de “notario de las traducciones” acredita, con su firma y sello, la veracidad de la traducción.
Tradicionalmente las traducciones juradas se presentaban físicamente en papel con la firma manuscrita y el sello del traductor jurado. Pero, a raíz de la pandemia, las administraciones se vieron obligadas a flexibilizar ese requisito. En este artículo puedes encontrar más información al respeto.
Imagen: Ministerio de Universidades.
En resumen, la traducción de expedientes y títulos académicos presenta ciertas complejidades y requisitos legales que es importante conocer y cumplir para evitar problemas. Esto cobra especial relevancia cuando se trata de solicitudes de admisión en instituciones educativas extranjeras, el reconocimiento de títulos o la obtención de visados de trabajo. En todos estos casos, la precisión y la fiabilidad de las traducciones son clave.