Exploramos las exigencias de la traducción médica




Empezamos el nuevo curso llenas de energía, con un trocito de cielo, mar o montaña todavía en la retina y dispuestas a seguir ayudando a los demás con nuestra labor.
El año que dejamos atrás ha tenido al sector sanitario como gran protagonista. Hemos vivido momentos de gran preocupación en los que todos los problemas han pasado a un segundo plano y hemos tenido muy presente que lo único que realmente necesitamos para seguir adelante es la salud. Si la salud nos acompaña, podremos con todo.
Y en este tiempo en que hemos sido tan conscientes de ello, nos hemos vuelto especialmente sensibles al sufrimiento de las personas que padecen alguna enfermedad, o de los familiares que la viven con ellos.
En Interglossa hemos estado trabajando en los últimos meses en la traducción de informes de investigación en el ámbito médico, desarrollo de nuevos fármacos e traducir informes médicos de pacientes. Hemos compartido el entusiasmo por las buenas noticias y hemos empatizado cuando lo que leíamos era más descorazonador, pero, sobre todo, nos hemos dado cuenta de la importancia de esta labor, de que es fundamental que el traductor tenga la formación especializada necesaria y el rigor científico que los textos requieren y de que es imprescindible que pueda consultar a los médicos o investigadores que emiten los estudios o los informes para aclarar todas las dudas. Tenemos suerte: los investigadores, los médicos, los profesionales sanitarios en general siempre están dispuestos a aclarar cualquier duda, porque, cuando se trata de salud, la precisión y el rigor son fundamentales.
Iniciamos el curso contentas de estar conociendo, cada vez más a fondo, el arte de la traducción médica.